DEDICADA A LOS GANADORES DEL PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO
"RICARDO FLORES MAGÓN"

Hoy, mi pluma se viste de gala y, a la vez, de profunda reflexión. Escribo estas líneas con el corazón lleno de orgullo para honrar a mis colegas que han recibido el Premio Nacional de Periodismo "Ricardo Flores Magón" por su trayectoria en esta noble profesión.
Recibir un galardón que lleva el nombre del gran precursor de la Revolución Mexicana no es solo un reconocimiento a una trayectoria; es un recordatorio del peso histórico que cargamos. Magón nos enseñó que el periodismo regenera conciencias, incluso en la persecución o en el exilio. Inspirada en su legado y en la tenacidad de mis colegas premiados, hoy analizo la trinchera que habitamos: atrapados entre la vieja censura y la nueva tecnología.
La censura ha mutado, pero su esencia depredadora sigue intacta. Ricardo Flores Magón enfrentó la cárcel por sus palabras en Regeneración; hoy, los periodistas enfrentamos el acoso digital, la asfixia económica y la violencia sistémica.
Desde mi punto de vista, entiendo que el miedo busca paralizar; el objetivo del censor no es solo ocultar un dato, sino también quebrar el espíritu del mensajero. Sin embargo, la trayectoria de mis colegas galardonados es la prueba viva de la resiliencia. Han demostrado una fortaleza espiritual inmensa para no permitir que el miedo dicte su línea editorial. Nos recuerdan que la verdad es un valor sagrado que, aunque se intente enterrar, siempre encuentra grietas para germinar.
Si Magón luchó contra la tiranía política, nosotros enfrentamos hoy la tiranía del algoritmo; la inteligencia artificial y la automatización amenazan con deshumanizar la noticia.
Pero aquí es donde la experiencia de una trayectoria premiada se vuelve insustituible. La tecnología puede procesar datos a la velocidad de la luz, pero carece de ética, empatía y coraje; una IA no tiene el "olfato" periodístico para detectar la injusticia, ni el corazón para sostener la mirada de una víctima. La tecnología es el vehículo, pero la conciencia humana sigue siendo el conductor.
El mejor homenaje que podemos rendir a este premio y a quienes lo reciben hoy es no estancarnos. El periodista que se niega a aprender las nuevas tecnologías, ignora la geopolítica moderna o descuida su salud mental, pierde filo.
La capacitación constante es nuestro acto de supervivencia. Debemos dominar las nuevas herramientas digitales no para que nos reemplacen, sino para usarlas como amplificadores de la verdad. Estudiar, leer y actualizarnos es la única forma de mantener encendida la antorcha que colegas como los hoy premiados han sostenido por décadas.
A mis colegas galardonados: gracias. Gracias por demostrarnos que el periodismo de fondo, ese que incomoda y despierta, sigue vivo. Su trayectoria es la luz que nos guía entre el ruido de las redes y el silencio de la censura.
Que su pluma siga siendo espada y su palabra, conciencia. ¡Felicidades!
#CNDigital #MellSLaure


Por: Meliza Sandoval
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