"Todas Somos Luciérnagas"

     Mis queridas luciérnagas, hemos llegado. Aquí estamos, de pie ante el gran portón invisible que separa lo que fue de lo que será. El aire de diciembre tiene una densidad distinta; está cargado de memorias, de la nostalgia por lo vivido en el 2025, pero también vibra con una electricidad sutil que anuncia un nuevo comienzo.

Esta es nuestra última columna del año y quiero que la sientan como un ritual compartido. Un momento sagrado para detener el vuelo, posarnos en una rama segura y mirar hacia atrás con profunda gratitud y hacia adelante con una confianza radical en nuestras propias capacidades.

Más allá de las fechas del calendario, este momento nos invita a una pausa vital. Es el instante de hacer un balance del alma, no de los logros externos, sino de los aprendizajes internos.

El 2025 nos trajo desafíos que quizás hicieron parpadear nuestra luz momentáneamente, pero también nos regaló lecciones que han fortalecido la estructura misma de nuestro ser. No teman a la introspección de estos días finales; honremos cada experiencia, las luminosas y las oscuras, porque todas han sido el entrenamiento necesario para la altura que estamos destinadas a alcanzar en el próximo ciclo.

Llegamos a estas fiestas a menudo cargadas de "deberías", de metas no cumplidas o de expectativas rotas. Y aquí les comparto una verdad fundamental para nosotras que estamos hechas para el aire: no podemos elevar el vuelo si nuestras alas están pesadas por el pasado.

Para entrar al 2026 ligeras y listas, debemos practicar el desapego consciente. Cerrar ciclos no es olvidar con frialdad; es agradecer la lección que nos trajo esa persona o situación, y luego abrir las manos para soltar lo que ya no nos impulsa hacia arriba. Fluir es confiar en que el viento nos sostendrá cuando decidamos despegar de nuevo.

En este cierre de año, recuerden que nuestra naturaleza de luciérnagas se vuelve más potente en comunidad. No estamos diseñadas para brillar en soledad.

Disfruten ferozmente de la familia, ya sea la de sangre o esa familia elegida que el alma reconoce como nido. La verdadera magia decembrina está en las miradas cómplices y en el perdón otorgado. Y si la vida les ha bendecido con una luz fuerte y estable en este momento, compartan su brillo con quien atraviesa un momento de penumbra. La generosidad es el combustible más puro para el espíritu.

Mis queridas luciérnagas, cerramos un capítulo trascendental. Gracias por volar conmigo este año, por permitirse sentir y crecer.

Ahora, en este umbral, las invito a preparar el espíritu. Que la pausa de estos días sirva para limpiar nuestras antenas, nutrir nuestra luz interior y fortalecer nuestra intención. Abrimos el corazón a un 2026 que nos espera con cielos nuevos.

Decretemos juntas que estamos listas. Que hemos sanado lo necesario y aprendido lo suficiente. Que estamos esperando en la línea de salida, con las alas sanas, ligeras, desplegadas y listas para volar lo más alto que podamos alcanzar.

Felices fiestas y que su luz interior guíe el despegue hacia el nuevo ciclo. ¡Nos vemos en las alturas del 2026!

#MellSLaure #TodasSomosLuciérnagas

Cerrar con Gratitud y Preparar las Alas para el 2026

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